miércoles, 27 de julio de 2011

Lo que separa al DGP de los bebes diseñados. Parte 1


Actualmente se conoce que existen más de 6.000 desordenes genéticos que varían en severidad y en la edad de aparición. Algunos resultan en abortos espontáneos, otros resultan fatales durante la niñez o la adultez y otros resultan en una discapacidad permanente como el síndrome de Down.
También hay genes que aportan la posibilidad de contraer ciertas enfermedades en la vida adulta, tal es el caso del cáncer.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es un estudio del ADN de embriones humanos para seleccionar los que cumplen determinadas características y eliminar los que portan algún tipo de defecto congénito.
Alemania acaba de hacer legal el uso de la técnica de DGP para detectar embriones con desordenes que pudieran ser fatales para él bebe durante el embarazo. Pero en países como Bélgica y el Reino Unido el DGP ha sido ofrecido por la seguridad social durante más de una década para eliminar embriones que pudieran presentar indicios de enfermedades como fibrosis quística  o la enfermedad de Tay-Sachs. Hoy en día también está disponible para la detección de otras enfermedades menos serias.
Las técnicas de detección y destrucción son cada vez más comunes en Gran Bretaña donde, entre 2002 y 2010 ocurrieron 17.983 abortos indicados para ‘prevenir un riesgo sustancial’ de que los bebes nacieran con discapacidad. La mayoría de estas discapacidades eran compatibles con la vida fuera del útero.
En 2009 nació el primer bebe libre de los genes de cáncer de seno por medio de DGP, la detección de enfermedades es cada vez más común.
Y es que lo que separa al Diagnóstico Genético Preimplantacional de la Eugenesia es una pendiente resbaladiza a cuyo declive van cayendo más y más embriones con condiciones genéticas cada vez menos graves.