domingo, 31 de julio de 2011

Vale la pena volver a verla


Gattaca es una de las primeras películas de ciencia ficción que trata el tema de los efectos de la ingeniería genética en el comportamiento humano. Estrenada en 1997, el paso del tiempo no ha hecho sino acercar la realidad a las advertencias que hace la trama.
La película trata de una sociedad controlada por la eugenesia -filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante intervención- y donde los futuros niños son seleccionados a través del Diagnóstico Genético Preimplantacional -estudio del ADN de embriones humanos para seleccionar los que cumplen determinadas características y/o eliminar los que portan algún tipo de defecto congénito-, para asegurarse de que el potencial ser humano posee la mejor carga hereditaria de sus padres.
En dicha sociedad existe una base de datos que contiene el registro genético de los individuos y determina su identidad instantáneamente con ayuda biométrica, clasificándolos como válidos o  in-validos según fueron ‘creados’ o concebidos tradicionalmente. 
Aunque en la sociedad de Gattaca, la discriminación genética está prohibida por la ley, en la práctica es muy fácil  acceder al perfil genético de las personas con lo cual la clasificación de ‘valido’ es determinante para ser empleado profesionalmente, mientras que los in-validos considerados más propensos a sufrir enfermedades, poseer disfunciones de aprendizaje y con un tiempo de vida posiblemente corto, son relegados a trabajos de servicio doméstico.
A pesar de su aventajada o desventajada posición social, ningún personajes de Gattaca está libre de conflictos emocionales y todos luchan a pesar de sus propias capacidades o incapacidades para hallar su lugar y su misión en la vida sin importar la carga que la revolución biotecnológica les ha impuesto.
Los futuros padres ‘liberales’ intentan minimizar los defectos y maximizar las capacidades en el ejercicio de su ‘libertad procreadora’ y guiados por el principio de ‘beneficencia procreativa’-la obligación que tienen los padres de seleccionar a los hijos que tendrían la mejor vida posible-.
Pero el pensamiento liberal no toma en cuenta dos realidades fundamentales de nuestra existencia: Primero, los seres humanos no somos solo un cuerpo físico, sino además tenemos un alma que es lo que da sentido a nuestra existencia. Un alma que vive independientemente de las características del cuerpo que la contenga. Y segundo, somos humanos, vulnerables, mortales y estamos expuestos a incontables situaciones que están fuera de nuestro control.
Sin duda se trata de un clásico moderno que vale la pena volver a ver.

miércoles, 27 de julio de 2011

Lo que separa al DGP de los bebes diseñados. Parte 2

Hay una diferencia moral enorme entre examinar a los futuros padres para determinar si poseen algún gen en particular con el fin de evaluar el riesgo de tener un bebe afectado seriamente (lo cual podría sugerirle a estos padres optar por la ruta de la adopción) y por otro lado examinar y destruir individuos afectados ya en la etapa de embriones o durante el embarazo cuando es detectado por medio de amniocentesis u otro examen.
Se trata de destruir al individuo porque podría sufrir en el futuro. Sin embargo, basta preguntar a cualquier persona que vive con alguna discapacidad para darse cuenta que la mayoría reconoce que prefiere vivir con su condición a no haber tenido jamás la posibilidad de existir. Con que derecho podemos nosotros tomar esta decisión por otros??
Parece que estamos en un punto en que la sociedad ha decidido que los seres humanos concebidos con alguna discapacidad no deberían vivir para que no experimenten sufrimiento o para no tener que cuidar de ellos, pues en su sufrimiento hay una carga para algunos en particular y para la sociedad en general.
Algunos defienden la aplicación indiscriminada de DGP con el viejo argumento de que los embriones aun no son un ser humano, pero la única diferencia entre los embriones y nosotros es el paso del tiempo y alimento recibido.
No está bien acabar con la vida de un ser humano antes de su nacimiento como no lo está tampoco después de nacer.
Los más fuertes tenemos el deber de ayudar a los más débiles, todos en algún momento pasamos por etapas de fragilidad en las que somos profundamente dependientes del amor, el soporte y la ayuda y que nos ofrecen otras personas. Este principio existencial se aplica a todas las condiciones de la vida, incluyendo las más serias y difíciles.
Quien tenga la intención de examinar embriones para eliminar los que tengan necesidades especiales, es preferible que no tenga hijos.    Tal y como lo dijo el Alemán Robert Zollitsch, obispo de Friburgo, la “selección de embriones humanos viola el precepto de la dignidad humana: ‘’respetar a todos los seres humanos desde el principio”, “…todo ser humano es único como persona y portador de una dignidad que no es disponible, independientemente de su nivel de desarrollo, de sus capacidades actuales, de sus talentos, de sus puntos fuertes o débiles o de su posición social, y esto en todas las fases de su existencia”.

Lo que separa al DGP de los bebes diseñados. Parte 1


Actualmente se conoce que existen más de 6.000 desordenes genéticos que varían en severidad y en la edad de aparición. Algunos resultan en abortos espontáneos, otros resultan fatales durante la niñez o la adultez y otros resultan en una discapacidad permanente como el síndrome de Down.
También hay genes que aportan la posibilidad de contraer ciertas enfermedades en la vida adulta, tal es el caso del cáncer.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es un estudio del ADN de embriones humanos para seleccionar los que cumplen determinadas características y eliminar los que portan algún tipo de defecto congénito.
Alemania acaba de hacer legal el uso de la técnica de DGP para detectar embriones con desordenes que pudieran ser fatales para él bebe durante el embarazo. Pero en países como Bélgica y el Reino Unido el DGP ha sido ofrecido por la seguridad social durante más de una década para eliminar embriones que pudieran presentar indicios de enfermedades como fibrosis quística  o la enfermedad de Tay-Sachs. Hoy en día también está disponible para la detección de otras enfermedades menos serias.
Las técnicas de detección y destrucción son cada vez más comunes en Gran Bretaña donde, entre 2002 y 2010 ocurrieron 17.983 abortos indicados para ‘prevenir un riesgo sustancial’ de que los bebes nacieran con discapacidad. La mayoría de estas discapacidades eran compatibles con la vida fuera del útero.
En 2009 nació el primer bebe libre de los genes de cáncer de seno por medio de DGP, la detección de enfermedades es cada vez más común.
Y es que lo que separa al Diagnóstico Genético Preimplantacional de la Eugenesia es una pendiente resbaladiza a cuyo declive van cayendo más y más embriones con condiciones genéticas cada vez menos graves.

sábado, 23 de julio de 2011

Probabilidades medicas vs. Esperanza cierta


Kylie y Matt Ingham viven en Essex, Inglaterra. El matrimonio quedo devastado el año pasado cuando en la semana 20 de embarazo los doctores recomendaron que abortaran al bebé que esperaban luego de que un ultrasonido revelara que su hijo Isaac venía con problemas serios.
Se trataba de una hernia congénita en el diafragma, una rara condición que no permite que el diafragma se forme completamente, con lo cual no actúa (como debería) como una barrera protectora contra la presión que ejercen el estómago, los intestinos y el hígado contra los pulmones e impidiendo así el crecimiento normal de estos últimos.
Uno de cada dos bebes que tiene la condición muere antes del nacimiento, por lo que Isaac tenía sólo un 50 por ciento de probabilidad de sobrevivir al embarazo. Si lograba nacer con vida, necesitaría una delicada cirugía inmediatamente.
Los doctores urgieron a Kylie para que se practicara un aborto ‘terapeutico’ asegurándole que esa era ‘la mejor opción’.
Kylie cuenta que estando profundamente entristecida lloraba con su esposo cuando de repente la invadió un sentimiento de disgusto enorme, ‘sentía que los doctores me estaban diciendo: tú eres muy joven, tienes solo 22 años, para que vas a tener un bebe con problemas?’
Con 31 años Matt, el esposo de Kylie es un verdadero milagro viviente. Cuando nació en 1979 le fue calculado tan solo un 10% de probabilidades de sobrevivir. En medio de su dolor, Kylie recordó la experiencia de la madre de Matt, quien no se abandonó a la tristeza, sino que lucho por darle el mejor chance de vida a su hijo.
El hecho de que Matt sobreviviera todos estos años la convenció de no renunciar a la esperanza de vida de su hijo pequeño, así ambos estuvieron de acuerdo en que si había algo mal con él bebé en camino lo mantendrían con ellos.
Cuando le hizo saber a los médicos que continuaría con su embarazo y que deseaba tener a su bebe, la actitud de los galenos cambio notablemente. El mismo día le preguntaron si estarían dispuestos a tomar parte en estudios médicos para evaluar la respuesta del bebé con el ventilador cuando naciera.
Contra todo pronóstico Isaac sobrevivió al embarazo y nació en el mismo hospital que su padre, el King’s College de Londres. Peso unas salúdales 8 libras 7 onzas, gracias a lo cual pudo ser operado apenas a las 27 horas de haber nacido. Se recuperó tan bien de la cirugía que fue dado de alta solo 15 días después para conocer a su hermano 2 años mayor Hayden quien lo esperaba en casa con mucha ilusión.
Kylie ha dicho: ‘’ Solo hay que mantener la esperanza. Esperanza y paciencia; realmente lo único que se necesita es creer’’.

martes, 12 de julio de 2011

Ojala y se contagien miles y miles de personas!


Tom Behan era un adolescente de 15 años residente de los suburbios de Cincinnati cuando Barak Obama gano la presidencia en Noviembre de 2008. Para entonces, era demasiado joven para votar en contra de las ofertas del candidato demócrata, entre las que estaba ampliar el acceso al aborto.
Para aquel momento Tom había sido testigo del sufrimiento de su hermana mayor, quien ya casada deseaba tener niños pero había sufrido dos abortos espontáneos. Por otro lado veía la contrastante realidad: gente queriendo deshacerse de sus hijos.
A pesar de no tener ningún poder político, la experiencia que vivió junto con su familia le hizo ver el valor de la vida desde su inicio y esto lo animo a encontrar la forma de defender a quienes no pueden valerse por sí mismos.
Así fue como, cuando el Presidente Barack Obama asumió la presidencia en Enero de 2009, Tom le escribió una carta al mandatario con la promesa de que seguiría escribiendo diariamente para pedir que se respete el derecho a vivir de los bebes que aún no han nacido; hasta que terminara su  periodo presidencial.
Desde entonces Tom le ha escrito a Obama un flujo diario de cartas que están a punto de alcanzar las 900, de las cuales solo ha recibido respuesta a menos de una veintena de ellas.
Tom cuenta que las primeras seis respuestas que recibió fueron decepcionantes, el contenido de las misivas era de ‘agradecimiento por el apoyo al presidente en su instalación’. Era obvio que el Presidente Obama no las había leído. Luego recibió otra media docena de las mismas cartas seguidas de notas de ‘estima’ y finalmente otras seis o siete cartas con elogios y respondiendo que se trataba de un ‘tema desgarrador’.
Pero la indiferencia mostrada por el presidente Obama no ha desanimado a Tom, el joven realmente desea trasmitir el dolor que causa el aborto, no solo para las madres que luego se arrepienten, sino además para la gente que está a su alrededor.
Un tercio de su generación se ha perdido por culpa del aborto. Eso es un tercio de creatividad, un tercio de potencial humano que ha sido simplemente erradicado.
Tom recibe la solidaridad de mucha gente que le envía donaciones de estampillas desde todos los rincones de EEUU para aliviar el costo postal de las cartas.
Y aunque está muy agradecido con las donaciones, deja claro que está más interesado en convertirse en un ejemplo que inspire a otros a tomar acciones por sí mismos y escribir sus propias cartas. Está convencido que si miles de personas empiezan a escribir cartas, las cosas pueden cambiar.

sábado, 9 de julio de 2011

La tercera víctima


David MacDonald era el primer actor del musical ‘Cats’ a principios de los años 80’s en Broadway. A los 21 años tenía una voz potente y una carrera prometedora: sería reconocido en todo el país pues ‘Cats’ se preparaba para una gira nacional en EEUU.
Pasada la ‘revolución sexual ‘, la idea de castidad era simplemente inexistente para David y los demás hombres y mujeres de su generación. Lo común era pensar que si se quería tener sexo, simplemente ‘se hacía’ sin ningún problema. “Yo no sabía lo importante que era el sexo, que las personas mueren por el sexo, que la gente nace por el sexo, que los corazones quedan destrozados, y que las naciones se desploman como resultado de la inmoralidad sexual. Yo no sabía nada de esto. Yo solamente sabía lo que yo deseaba” dijo recientemente David desde Canadá.
Sin un concepto real de las relaciones y la condición humana, cuando su novia le hizo saber que esperaban un bebe, pensó que no le convenía asumir la responsabilidad de tener un hijo en ese momento. Sin dudarlo pago los 300 dólares que costaba solucionar el inesperado ‘inconveniente’.
Pero el verdadero problema surgió entonces. Su novia quedó completamente devastada por el aborto y David en una búsqueda desesperada por aliviar su dolor se refugió en el único desahogo  conocido: drogas y más promiscuidad.
“No hay lugar a dónde ir cuando se comete un error como ése y uno no conoce a Dios. Así que continué hundiéndome en una espiral que solo me llevaba a dar vueltas de un lugar a otro’’. La cultura que le había enseñado a tener sexo sin límites no lo preparó para lidiar con sus consecuencias.
Las presiones y el stress que sufría lograron en poco tiempo hacer mella y finalmente acabar con sus cuerdas vocales que no soportaron la tensión y el esfuerzo constante al que eran sometidas dentro del cuadro nervioso de David. El potente cantante se quedó tristemente sin voz y sin carrera. 
‘’La vida no tiene precio.  Traté de ponerle $300 a la vida de mi hijo y a mi tranquilidad y no funcionó”.
Ahora es un activista en contra del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo.
‘’El camino de sanación por el aborto, fue un camino muy duro. Comenzó cuando me puse de rodillas. Mi vida era sin Dios, y sin Dios uno no tiene nada. No importa cuán exitoso seas, nada tienes si no tienes a Dios”, señaló MacDonald.
La cultura en la que vivimos nos hace creer que tener familia es incompatible con el éxito profesional y hasta a veces incompatible con la felicidad cuando la realidad es todo lo contario. No estamos completos hasta que formamos parte de un núcleo familiar donde nos sentimos apreciados y valorados como la persona que realmente somos.