viernes, 20 de julio de 2012

Casarse o vivir juntos?



Según las estadísticas hoy en día hay mas parejas viviendo en concubinato que en los últimos cincuenta años. Hay quien opina que el matrimonio es solo un pedazo de papel y los que se van a vivir juntos sin casarse manifiestan que se encuentran muy bien así. 

Pero  la evidencia demuestra que esa actitud despreocupada encubre una dolorosa realidad: el concubinato es una fuente enorme de inestabilidad familiar y social. Y esto es debido a que las uniones de hecho son útiles para quienes no están comprometidos con la vida en común. 

El concubinato enmascara una gran variedad de niveles de responsabilidad (me comprometo hasta donde yo quiero o me comprometo en lo mínimo) sin tener realmente en cuenta al otro.

No se trata de una alternativa al matrimonio sino de un mero acomodamiento de las necesidades personales inmediatas.  El resultado es que quienes cohabitan tiene 50% mas probabilidades de separase  que las parejas casadas (con la consecuencia lógica de stress y sufrimiento).

El concubinato es particularmente desastroso para los niños envueltos en la unión. La evidencia demuestra que frases como ‘uniones estables’ se refiere solo a aquellas que producen hijos y viven bajo el mismo techo en un momento determinado pero sin niveles reales de compromiso.  Solo 1 de cada 10 mujeres que han tenido su primer hijo en concubinato continúan viviendo con la misma pareja 10 años después del nacimiento de su hijo. 

Las estadísticas también evidencian que las uniones concubinarias que producen hijos son más propensas a disolverse. Así, cuando una mujer procrea un hijo en concubinato, se reducen las probabilidades de que se case con el padre de su hijo.

El concubinato no se equipara al matrimonio en cuanto  a sus resultados. Las uniones matrimoniales de quienes se casan luego de haber convivido tienden a ser menos solidas que las de quienes esperaran casarse para irse a vivir juntos.

Comparados a las parejas casadas, quienes viven sin casarse reportan relaciones de menor calidad y menos bienestar psicológico y financiero.

Los concubinos son menos propensos a reconciliarse después de una separación y también son el doble de propensos a experimentar infidelidad.

Las parejas que cohabitan sin tener planes de matrimonio tienden a reportar relaciones de menor calidad que las parejas casadas. Reportan tener mas peleas, violencia, bajos niveles de justicia y ser menos felices en sus relaciones. Los individuos que viven en concubinato tienden a reportar mayores niveles de depresión.

Y es que ‘vivir juntos’ no se trata solo compartir el espacio, el dinero y el tiempo. Para que una relación sea real tiene que estar fundada en la entrega gratuita al otro. Es indispensable el compromiso y asumir las responsabilidades que de él surgen.

Why Marriage Matters
Cohabitation: An Alternative to Marriage?
Marriage-Lite


Vale la pena!