El pasado martes 18 de Octubre en Luxemburgo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (la corte europea más alta en materia de derechos humanos) prohibió las patentes que implican la destrucción de embriones humanos. En una disputa entre la organización ecologista Greenpeace y el neurobiólogo alemán Oliver Brüstle, sustento su decisión en el respeto a la dignidad humana.
El medico había patentado en 1997 células neuronales aisladas y depuradas a partir de células madre embrionarias humanas para intentar tratar enfermedades neurológicas como el Párkinson o la esclerosis múltiple. Greenpeace había exigido ante la Justicia germana que se anulara la patente de Brüstle y se protegiese la vida humana de toda forma de explotación comercial, en todas las fases del desarrollo.
Muy a pesar de las tesis abortistas que insisten en afirmar que los embriones son una ‘bola de células’, el Tribunal confirmo que los derechos de los niños por nacer comienzan con la fecundación.
El Tribunal definió el embrión humano objeto de protección legal así:
- Todo ovulo fertilizado inclusive en el estadio de blastocito (hasta 5 días después de la fecundación).
- Todo ovulo humano no fecundado en el que este implantado el núcleo de una célula humana madura y por lo tanto en disposición de iniciar el proceso de desarrollo de un ser humano.
- Todo ovulo humano no fecundado estimulado para dividirse y desarrollarse mediante patogénesis.
El Tribunal dejo claro que la ética tiene prioridad sobre los intereses comerciales y pidió a los investigadores Europeos que entiendan el concepto de embrión en ‘sentido amplio’. También dejó establecido que el uso de embriones humanos está permitido con fines terapéuticos o diagnósticos pero no así con fines de investigación científica.
Para los investigadores como Brüstle, sin límites éticos se trata de un duro golpe pues ya no se podrán lucrar fácilmente.
Sin embargo hay otros científicos preocupados por el respeto a la vida humana desde su inicio que han encontrado en los últimos años distintas maneras de producir células madre adecuadas (llamadas pluripotentes), sin tener que destruir embriones humanos.
La decisión de la corte va a implicar que se concentren esfuerzos en las investigaciones en células madre pluripotentes que son las que se obtienen de individuos adultos.
Es un triunfo de la ética sobre la conveniencia comercial. Es una oportunidad para que los científicos y los ciudadanos en general reflexionen. Hace falta que la gente entienda de que se trata.
Los latinoamericanos debemos poner el ojo en esta llamada de atención fruto del hecho científicamente cierto y probado de que la vida empieza en el día 1 de la concepción.
Sentencia del Tribunal Europeo de Justicia