martes, 12 de julio de 2011

Ojala y se contagien miles y miles de personas!


Tom Behan era un adolescente de 15 años residente de los suburbios de Cincinnati cuando Barak Obama gano la presidencia en Noviembre de 2008. Para entonces, era demasiado joven para votar en contra de las ofertas del candidato demócrata, entre las que estaba ampliar el acceso al aborto.
Para aquel momento Tom había sido testigo del sufrimiento de su hermana mayor, quien ya casada deseaba tener niños pero había sufrido dos abortos espontáneos. Por otro lado veía la contrastante realidad: gente queriendo deshacerse de sus hijos.
A pesar de no tener ningún poder político, la experiencia que vivió junto con su familia le hizo ver el valor de la vida desde su inicio y esto lo animo a encontrar la forma de defender a quienes no pueden valerse por sí mismos.
Así fue como, cuando el Presidente Barack Obama asumió la presidencia en Enero de 2009, Tom le escribió una carta al mandatario con la promesa de que seguiría escribiendo diariamente para pedir que se respete el derecho a vivir de los bebes que aún no han nacido; hasta que terminara su  periodo presidencial.
Desde entonces Tom le ha escrito a Obama un flujo diario de cartas que están a punto de alcanzar las 900, de las cuales solo ha recibido respuesta a menos de una veintena de ellas.
Tom cuenta que las primeras seis respuestas que recibió fueron decepcionantes, el contenido de las misivas era de ‘agradecimiento por el apoyo al presidente en su instalación’. Era obvio que el Presidente Obama no las había leído. Luego recibió otra media docena de las mismas cartas seguidas de notas de ‘estima’ y finalmente otras seis o siete cartas con elogios y respondiendo que se trataba de un ‘tema desgarrador’.
Pero la indiferencia mostrada por el presidente Obama no ha desanimado a Tom, el joven realmente desea trasmitir el dolor que causa el aborto, no solo para las madres que luego se arrepienten, sino además para la gente que está a su alrededor.
Un tercio de su generación se ha perdido por culpa del aborto. Eso es un tercio de creatividad, un tercio de potencial humano que ha sido simplemente erradicado.
Tom recibe la solidaridad de mucha gente que le envía donaciones de estampillas desde todos los rincones de EEUU para aliviar el costo postal de las cartas.
Y aunque está muy agradecido con las donaciones, deja claro que está más interesado en convertirse en un ejemplo que inspire a otros a tomar acciones por sí mismos y escribir sus propias cartas. Está convencido que si miles de personas empiezan a escribir cartas, las cosas pueden cambiar.