viernes, 9 de septiembre de 2011

Derecho a saber

Las mujeres que piensan en poner fin a su embarazo lo hacen en circunstancias emocionales difíciles y con frecuencia no ven otra salida para su conflicto. Quienes no logran emerger de su angustia y se someten a un aborto sufren por largo tiempo las consecuencias de esa decisión.
Algunas legislaciones que dan a la madre la facultad de terminar con su embarazo, recogen la necesidad de que las mujeres reciban el soporte emocional y psicológico necesario para que consideren con calma su situación.  Ello con miras a proteger la salud mental de las mujeres y también resguardar el derecho a la vida de los niños por nacer.
 En Alemania por ejemplo la ley intenta proteger a la madre y al bebé con un sistema de asesoría que sitúa a un consejero en el deber de informar a la madre que su hijo no nacido tiene derecho a la vida. Este consejero debe tratar de convencerla de continuar con el embrazo aunque no puede forzarla a tomar esta opción. Debe tratarse de un profesional independiente sin ninguna relación con la clínica de aborto. El personal que labora en la organización está expresamente excluido por el obvio interés lucrativo. Existe también un periodo de enfriamiento de 3 días después de haber tomado la decisión de abortar, con el objeto de que la madre reflexione antes de que se ejecute el procedimiento.
En otros países, como el Reino Unido donde la misma clínica abortiva ofrece el servicio de asesoramiento a las mujeres en crisis,  las posibilidades de que estas tomen una decisión consciente se reducen al mínimo. Lo que termina ocurriendo es que la asesoría se limita a algunas preguntas sobre el procedimiento médico y a recordar el límite legal de interrupción del embarazo con la finalidad de que tomen una decisión antes de que sea ‘demasiado tarde’.
Innumerables mujeres que han perdido a sus hijos por causa de un aborto han reconocido que se sintieron presionadas y que hubiesen deseado haber tenido más tiempo para pensarlo mejor. Diferentes investigaciones afirman que las mujeres que han experimentado un aborto tienen más probabilidades de desarrollar problemas mentales. Por otro lado es bien sabida la relación que hay entre el nacimiento de niños prematuros y un aborto previo.
Esta semana se discutió en parlamento británico la posibilidad de que las mujeres que consideran un aborto reciban información independiente y asesoramiento por parte de organizaciones sin ánimo de lucro. Un grupo de diputados, alarmados con las altas cifras de abortos en el Reino Unido intentó ofrecer a las mujeres un sistema de asesoramiento similar al alemán cuyos índices de abortó alcanzan la mitad que en el Reino Unido. En Alemania  8 por cada 1000 mujeres entre 15 y 44 años terminan con su embarazo mientras que en Gran Bretaña son 17.
 
La propuesta fue rechazada luego de una intensa campaña mediática en contra, pero tal y como lo dijo la promotora de la reforma: se habrá perdido una batalla, pero aún no se ha perdido la guerra.