Entre el 11 y el 15 de abril tendrá lugar en Nueva York la sesión anual de la Comisión sobre Población y Desarrollo (CPD) de la Organización de las Naciones Unidas.
La Comisión sobre Población fue creada en 1946 por el Consejo Económico Social de las Naciones Unidas con el objeto de desplegar políticas que promuevan el desarrollo sustentable de la población. Para ello se concertó la asistencia internacional de recursos específicos en pro de que la salud reproductiva fuera accesible a todos antes de 2015.
A pesar de las pruebas cada vez más concluyentes sobre los problemas relacionados con la reducción demográfica, lamentablemente ésta sigue siendo la estrategia utilizada por el Organismo Internacional para lograr los objetivos de la Comisión.
Básicamente la maniobra consiste en reducir la fertilidad de los individuos y de las naciones con la finalidad de reducir la competencia por los recursos y los servicios disponibles.
A este abordaje reduccionista e ineficiente, por decir lo menos, del problema de la inaccesibilidad de recursos se suma la corrupción y manipulación dentro del organismo internacional.
Uno de los informes más importantes del Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon en relación con el financiamiento de actividades internacionales para la población y el desarrollo no fue redactado por la oficina del Secretario General, sino por el Fondo de Población de la ONU, objeto de severas críticas por su defensa del aborto y afiliaciones con ONG pro-abortistas entre ellas la Federación Internacional de Planificación de la Familia.
Los temas a debatir en la próxima sesión de la Comisión sobre Población se concentraran casi exclusivamente en el aborto, la planificación familiar y la educación sexual. Se trata de incentivar el uso de anticonceptivos para controlar las consecuencias naturales de las relaciones sexuales.
La agenda oficial está plagada de ponencias a cargo de ONG abortistas la Federación Internacional de Planificación de la Familia (mayor trasnacional abortista a nivel mundial) incluida. Estas bandas demandan más financiamiento para planificación familiar y anticonceptivos, la despenalización del aborto y educación sexual de adolescentes.
Promueven la remoción de regulaciones legales que protegen a los jóvenes e individuos vulnerables, como el consentimiento de los padres y del cónyuge, la edad de consentimiento y cuestiones de confidencialidad.
En 2009, tras varios días de arduas negociaciones, los países manifestaron preocupación sobre los métodos de trabajo de la Comisión. Las delegaciones de países con tradición de respeto a la vida encontraron dificultades para aceptar las resoluciones de la CPD donde se intenta constantemente ampliar la «salud reproductiva» para incluir el aborto.
En 2010 las delegaciones fueron abrumadas otra vez con las recomendaciones ‘externas’ de incorporar la «salud sexual y reproductiva» y la «educación sexual integral» en el texto final, pese al apoyo generalizado a un borrador moderado que reflejaba las preocupaciones de los delegados respecto a estos temas.
Además de presentaciones escritas, las agrupaciones pro-abortistas participan activamente de reuniones y moderan paneles. Ejemplo de ello es la Dra. Eunice Brookman-Amissah, representante de Ipas, un fabricante de dispositivos para abortos en fase temprana, quien ofrecerá uno de los discursos de apertura.