Hace unas semanas Daniel Fernández (diario La Gaceta de Tucuman-Argentina) publicó la adorable historia de Don Lorenzo Escobar, un hombre que a los 97 años es el ídolo de la ciudad de Monteros gracias a su desempeño en el atletismo de veteranos.
El abuelo corre desde los 95 años y ya ha ganado 17 medallas entre torneos nacionales (La Pampa, Mar del Plata y Salta) y el Sudamericano de Chile.
Ya cerca de los 98 años, es muy conversador y tiene una gran lucidez. En su juventud trabajada cortando canas, cuenta que dejo de fumar en 1934.
Don Lorenzo tiene una familia numerosa con 13 hijos, 29 nietos y 30 bisnietos, repartidos entre Tucumán, Rosario y Buenos Aires.
Ya cerca de los 98 años, es muy conversador y tiene una gran lucidez. En su juventud trabajada cortando canas, cuenta que dejo de fumar en 1934.
Don Lorenzo tiene una familia numerosa con 13 hijos, 29 nietos y 30 bisnietos, repartidos entre Tucumán, Rosario y Buenos Aires.
Carlos, el menor de sus hijos, es el manager de su carrera deportiva. Verlo con más de 70 años, cavando zanjas, rompiendo con un pico el pavimento o jugando fútbol motivo a Carlos a insistirle para participar en las competencias para veteranos. En 2009 logro convencerlo, se preparó y se consagró campeón en 100 y 200 metros en La Pampa, además de ganar medallas en las postas de 4x100 y 4x400 metros.
"Correr es lo mejor, porque uno se siente bien, el cuerpo se pone liviano’’.
"Correr es lo mejor, porque uno se siente bien, el cuerpo se pone liviano’’.
Don Lorenzo come de todo y favorece al maíz como ‘’el mejor alimento para tener fuerzas’’. Al mediodía se toma "un vasito de vino" y en la noche sólo bebe agua. "Pero si es comida frita, tomo un poquito más de vino", agrega con picardía.
Planea seguir compitiendo para la Asociación Tucumana de Atletas Masters, junto a sus amigos Manuel Rajas (97) y Efraín Wachs (93). "Mientras pueda voy a seguir corriendo", dice con ilusión. "Cuando andemos medio gambeteando ya no", agrega después con una risotada.
Sus hijos, nietos y bisnietos lo adoran; para el pueblo donde vive, es un héroe y un ejemplo de vida. Cuando volvió de la competencia en Chile lo recibieron con una caravana y le rindieron honores de ciudadano ilustre.
"Jamás en la vida pensé en correr y ganar premios, nada, nunca", dice con humildad. Durante toda su vida Lorenzo trabajo para mantener a su numerosa familia, pelando cañas en invierno o cavando zanjas para instalar el servicio de agua y cloacas. Ahora, compite en los torneos de veteranos, para orgullo de su familia.