Mercedes Delgado
Mercedes Delgado es una mujer Argentina devota de San Cayetano. Su hijo Marco Soria se casó hace tres años con Erika Silva y desde entonces esperaban el momento de ser bendecidos con un nuevo miembro de la familia.
Debido a que el tiempo pasaba y no había noticias de embarazo Mercedes comenzó a rogar a San Cayetano para que intercediera por la llegada de un nieto. Y así ocurrió, Erika y Marco esperaban a su primer hijo llenos de ilusión. Aunque Erika siempre pensó que llamaría a su hijo Octavio, desde que supo de su embarazo el nombre de ‘Mateo’ se le metió entre ceja y ceja.
Al cuarto mes de embarazo de Erika, un ultrasonido revelo que el pequeño tenía anencefalia, una malformación cerebral congénita que no le permitiría sobrevivir por mucho tiempo después de nacer.
Al descubrir la condición los médicos le recomendaron a Erika y a Marco un aborto ‘terapéutico’ para interrumpir el embarazo, eliminar al bebe lo antes posible. Erika se negó rotundamente, quería conocer a su hijito, ‘’verle la carita’’ cuenta Mercedes con un nudo en la garganta.
A pesar de que Erika estaba convencida de tener a su hijo y se lo dejo saber con firmeza a los médicos, estos insistieron en dos oportunidades más, que la muchacha debía practicarse un aborto. La respuesta de Erika fue contundente en ambas ocasiones: ‘’Dios me lo da, Dios me lo lleva’’.
Erika le pidió fortaleza a Dios para seguir adelante y sucedió que el embarazo fue totalmente normal. Decidió investigar y aprender todo lo posible sobre la condición de su hijo y se enteró de que los bebés con anencefalia casi no se mueven en el vientre materno, pero su hijito no la dejaba dormir dando pataditas. Ambos padres festejaban cada patadita, cada movimiento era una enorme alegría.
Igual que para cualquier otra madre, fue muy especial para Erika tenerlo en su vientre, pero ella lo disfruto más intensamente que cualquier otra, porque sabía que lo tendría por muy poco tiempo.
Erika dio a luz por cesárea el 29 de Mayo, Mateo peso un kilo y medio y fue un bebe rozagante y precioso. Abrió sus ojitos hinchados de recién nacido y succionaba con mucha fuerza.
Tanto Erika como Marcos y su familia estaban preparados para el momento que estaban viviendo. Con mucha paz y tranquilidad entendieron que no eran dueños de la vida de su hijo. Mateo conoció a sus padres y a sus abuelos. Vivió dos días rodeado de todo el amor y el cariño del mundo.
Mercedes está convencida de que su nieto vino al mundo a testimoniar el enorme valor de la vida en su momento más frágil. Inmensamente orgullosa de su nuera reconoce que la joven de 27 años es un ejemplo para todas las madres.
Con el pasar de los meses, Erika se enteró el significado del nombre que había escogido intuitivamente para su hijo: Don de Dios.