Terry Pratchett, escritor y conductor del programa de BBC
A la decisión de la BBC de trasmitir los últimos momentos de vida de un millonario en la clínica Suiza ‘Dignitas’ le han llovido las críticas y no es para menos, se trata de una violación flagrante de los lineamientos dela Organización Mundial de la salud (OMS) y de la propia BBC sobre la trasmisión de este tipo de programas.
En el documento ‘Prevención del suicidio, un instrumento para profesionales de los medios de comunicación’, la OMS se refiere a más de 50 estudios y revisiones sistemáticas que confirman una y otra vez que el reporte de suicidios en los medios de comunicación, deriva de forma alarmante en una imitación de los comportamientos suicidas.
La OMS recomienda no publicar fotografías o notas de suicidio, tampoco reportar los detalles de los métodos usados, jamás dar razones simplistas para lo ocurrido ni glorificar o sensacionalizar el suicidio.
Las propias directrices internas de la BBC son muy claras y exigen ’extrema precaución’, pues el ’reporte de los hechos e imágenes ficticias de suicidios o intento de suicidio tienen el potencial de hacer parecer tales acciones como posibles o inclusive apropiadas’ a los ojos de los más vulnerables emocionalmente.
Sin la más mínima consideración a estas serias advertencias, la BBC transmitió el programa donde un reconocido escritor de novelas fantásticas hace uso de un lenguaje romántico y bien cuidado para hacer lucir el suicidio asistido como un hecho normal y hasta conveniente.
La secuencia grabada por la BBC, muestra a Peter, un británico de 71 años sufriendo de una enfermedad motora que le dificulta realizar su vida de la forma como estaba acostumbrado y por lo tanto decide tomar un coctel letal después de obtener la certeza médica de que la enfermedad es irreversible. También se muestran entrevistas a otras personas que deciden someterse a un suicidio asistido.
Lo que no muestra el programa de BBC son los beneficios de los cuidados paliativos, la profunda diferencia que se alcanza en la calidad de vida de las personas gracias a la promoción en inversión social y apoyo a los más vulnerables, o los enormes peligros de la legalización del suicidio asistido y por los cuales ha sido rechazado una y otra vez por los parlamentarios en la propia Inglaterra, Australia, Francia, Canadá, Escocia y los Estados Unidos.
Este no es el primer intento desesperado de grupos pro eutanasia para lograr el apoyo del público británico. Tampoco es la primera vez que la BBC se presta para la campaña en pro de la legalización del suicidio asistido. La trasmisión de la serie es un atropello para el público que a fin de cuenta es quién financia la televisión estatal británica, especialmente al tratarse de una postura agresiva donde muestran el suicidio asistido como una opción positiva que no es.