El escritor venezolano Leonardo Padrón ha decidido no ‘casar’ a la pareja protagónica de su telenovela estelar en el capítulo final sino, según sus propias palabras ‘mucho antes’. Y es que parece ser un estereotipo que las heroínas de las historias de TV no se casan sino después de que han sufrido bastante y es entonces cuando merecen un ‘final feliz’.
Así las cosas se pueden anticipar dos cosas primero que La Mujer Perfecta podría no tener un final convencional y segundo que los televidentes podrán ser testigos de cómo evoluciona el matrimonio entre Micaela y Santiago.
Ninguno de los matrimonios aparecidos hasta ahora en La Mujer Perfecta ha logrado comprender ni llevar adelante la esencia misma de la institución, todos son matrimonios en serios conflictos que ponen en peligro constante la salud emocional y el bienestar de quienes los conforman. Lo anterior dificulta la evolución de las parejas en familias estables donde puede florecer la vida y donde pueden llevarse a cabo nuevos proyectos que necesitan de la unión y el apoyo familiar.
Ojala Micaela y Santiago asuman que el matrimonio es un acuerdo mutuo, consciente, libre y responsable en el que la unión permanente, perpetúa y exclusiva de los dos tiene como objetivo engendrar y educar hijos y compartir la vida en familia.
El amor es muy importante en el matrimonio pero el sentimiento de amar al otro no hace el matrimonio. Puede haber amor sin matrimonio y matrimonio sin amor. El matrimonio no es una manifestación del sentimiento que se siente en el presente (amarse mucho) sino un compromiso reciproco en un proyecto de futuro.
Micaela y Santiago deben saber que las renuncias y sacrificios que exige el matrimonio, son el único camino para llegar a la felicidad de un hogar con amor. Matrimonios innumerables de ancianos virtuosos que después de muchísimos años de casados todavía se aman con ilusión son la prueba de ello. Años de compenetración, de mutua ayuda, de cariño desinteresado, de sufrimiento mutuo y de sobrellevarse los defectos el uno al otro les han dado en este mundo la mayor felicidad que aquí pude gozarse.
Desconozco cuales serian las motivaciones de la innovación planteada por el escritor, en cualquier caso se trata de una invitación a reflexionar sobre la institución del matrimonio y la familia como valores compartidos por la mayoría de los venezolanos. Diferentes estudios señalan que la familia es también un valor que ocupa un lugar primordial para los Latinoamericanos, siendo el matrimonio un factor de seguridad y protección.
Lo que valdría la pena recordar en esta oportunidad que ofrece La Mujer Perfecta es que las historias de amor no terminan, sino más bien empiezan con el matrimonio.
De aquí en adelante Micaela y Santiago deberán aprender a darse íntegramente en amor y servicio mutuo. Santiago no lo consiguió en su primer intento. Fueron muchos los retos que no logro superar y muchas las tentaciones que no pudo resistir. Ahora con Micaela el camino luce también lleno de desafíos.