No está en las carteleras de cine, tampoco será transmitida por televisión. Se trata de la película que todos deberían ver, pero que a pocos interesa. Y es que a primera vista no parece particularmente tentador emplear el tiempo libre para enterarse de los secretos de la industria del aborto. Sin embargo la diferencia entre la vida y la muerte de muchos inocentes pudiera depender de que la realidad sea conocida, ya lo dice el dicho: ‘ojos que no ven, corazón que no siente’.
Se trata de"Blood Money" (Dinero de sangre), un documental del director norteamericano David K. Kyle en el que se denuncia explícitamente el negocio del aborto en EEUU.
Comenzando por un recuento del polémico caso de Roe contra Wade que despenalizó el aborto en el país, hasta la realidad detrás de Planned Parenthood expuesta por una ex empleada de la clínica en Dallas, que denuncia la avaricia y el ansia desmedida de los centros abortistas por lograr ganancias: “Teníamos un plan completo para promover el aborto y lo denominamos ‘educación sexual’. El plan consistía en romper con la inocencia natural de los jóvenes, separarlos de sus padres y sus valores y convertirlos en expertos en sexo en sus propias vidas para que vinieran a nosotros, donde les daríamos pastillas anticonceptivas de baja dosis para que las chicas quedasen embarazadas o condones defectuosos. La meta era de tres a cinco abortos por cada joven entre los 13 y 15 años”.
La película muestra la evidencia científica que soporta el hecho cierto de que la vida comienza en la concepción y cómo afecta a las mujeres pasar por la experiencia del aborto.
También muestra la cruda realidad: cada año, 3.500 mujeres norteamericanas son incitadas a abortar DIARIAMENTE.
El filme, incluye entrevistas con los líderes del movimiento provida y con mujeres que han abortado alguna vez en su vida.
El director de la película señala que el aborto es un negocio a pesar de las trágicas consecuencias para la mujer y para el niño en camino. Kyle ha dicho que ‘’hay que conseguir que aflore la verdad para salvar a los no nacidos y a sus madres".
La película ha sido vista en EEUU, Canadá y el Reino Unido en sesiones privadas promovidas por grupos pro vida. También en Argentina, México y Perú donde se han organizado cine-foros que han permitido abrir un debate sobre las denuncias que se ponen de manifiesto.
En España el cinismo del gobierno español llego a la cumbre cuando el Ministerios de Cultura califico el documental para mayores de 18 años, al mismo tiempo que considera a las adolescentes de 16 años suficientemente maduras para abortar aun sin consentimiento o conocimiento de sus padres.
Así, en España, una adolescente es suficientemente madura para enfrentar un aborto sola, pero no lo es para conocer las denuncias sobre sus implicaciones negativas.
Ojala Latinoamérica aprendiera de los errores de los países ‘desarrollados’ antes de sufrir las consecuencias en suelo propio.