martes, 23 de octubre de 2012

Rezamos por el fin del aborto



La cruzada por la vida este otoño ya esta en su día 28 y solo en Estados Unidos se cuentan más de 341 niños salvados de la muerte.
La campana de 40 Días por la Vida empezó el 26 de Septiembre y continuará hasta el 04 de Noviembre, más grande y más fuerte que nunca.  Esta vez además de los 318 puntos en EUA, 7 provincias canadienses, dos ciudades australianas, 9 puntos en el Reino Unido y cuatro ciudades en España, se suma la capital de Uganda, Kampala. Además nos unimos los hispanohablantes en toda América Latina a través de la oración.
Desde que comenzó a llevarse a cabo la iniciativa han sido muchas las vidas que se han salvado, pero además hay reportes de milagros y bendiciones recibidas durante la campana que vienen como consecuencia del sacrificio de los numerosos voluntarios que a pesar de los maltratos que reciben por parte de algunos transeúntes, se mantienen firmes y decididos a luchar por el fin del aborto.
Las historias que se conocen son increíbles y emocionantes como la que cuenta Julie desde Wilmington, Delaware:  ‘‘Habia una fila larga para entrar en la clínica de abortos. Mientras una muchacha joven esperaba, escuchaba los cantos de los participantes de la vigilia de 40 Días por la Vida. Cuando salió de la clínica fue a hablar con los participantes y les dijo que mientras estaba en la fila, uno de los cantos se quedo pegado en su cabeza. Cuando entró en el abortorio pidió un ultrasonido y una vez que vio a su bebé, simplemente se dio cuenta que no podría continuar con el aborto y que  no quería volver a ver ese sitio nunca mas en su vida’’.   

Mary desde New Orleans cuenta que una mujer hablo con un consejero  fuera de la clínica de abortos y en lugar de entrar allí, decidió ir a un centro de crisis de embarazo. Luego confirmó que iba a tener a su hijo ahora que había encontrado la ayuda y los recursos necesarios.  
Otra mujer caminó hacia los participantes para agradecerle por sus oraciones. Dijo que unos días antes, iba en su carro para practicarse un aborto y entonces rezo por una señal que la convenciera de no hacerse el aborto. Cuando vio al grupo de 40 Días por la Vida a un lado de la calle supo que era la señal que había pedido.

Estos testimonios son solo una pequeña ojeada del verdadero impacto que tiene la oración y la presencia de los voluntarios. Pocas historias que se hacen públicas, hay muchas más que permanecen desconocidas.
Seguimos rezando por el fin del aborto!
Más información:

jueves, 20 de septiembre de 2012

El corazón de Rick Van Beek



Vía Daily Mail

Rick Van Beek y su esposa Mary viven en Byron Center, Michigan, Estados Unidos. Ambos sufrieron un duro golpe cuando su hija Madison fue diagnosticada con parálisis cerebral dos meses después de nacida.  

Rick cuenta que fue uno de los peores días de su vida. ‘’Todo el mundo reza para que sus hijos sean saludables y durante ocho años yo aun deseaba que ella fuese una niña normal’.  Madison no puede hablar o caminar y su cerebro funciona como el de un bebé de tres meses. 

Una de las pocas cosas que su familia sabe que le gusta es estar al aire libre o en el agua sintiendo la brisa en su cara y en sus cabellos. Esto lo descubrieron cuando Rick vio a su hija participando en el Maratón de los Grand Rapids hace más de cuatro años y su perspectiva sobre la condición de la niña cambio radicalmente. Entonces pudo ver el rostro de Maddy lleno de alegría al tiempo que era remolcada por otro participante.   

‘El hecho de haberla visto tan feliz y disfrutando de cada golpe del camino fue más de lo que yo podía resistir, me emocione hasta las lagrimas’ cuenta.    

Para entonces, diariamente Rick fumaba dos cajetillas de cigarrillo y masticaba una lata de tabaco. Poco después de ver a su hija en el Maratón decidió dejar el cigarrillo y apostar por hacer a su hija feliz.

Totalmente fuera de forma y consciente de que era un fumador pesado, se dio cuenta de lo beneficioso que podría ser para él cambiar su estilo de vida. Empezó a entrenar para las carreras al aire libre.  Perseveró en ganar una buena condición física por su hija y al mismo tiempo recaudó fondos para varias fundaciones.

Hoy con 39 años, ha participado en más de setenta eventos que incluyen medios maratones, triatlones y otras competencias al aire libre como parte del llamado ‘Equipo Maddy’ en honor a su hija.  
 

En agosto pasado completaron juntos el triatlón Sprint de Sanford y Sun que incluía 483 metros de natación, 20 kilómetros de ciclismo y 5 kilómetros ce carrera.

Para la prueba de natación Rick remolcó a su hija sobre del agua en un kayak  y luego hizo lo mismo sobre el asfalto para la prueba de ciclismo con la ayuda de un pequeño carro. Finalmente corrió los últimos kilómetros empujándola en un coche. 



Completaron juntos el agotador triatlón y la hazaña de resistencia de Rick, una muestra del amor que siente por su hija Madison, ha hecho que mucha gente lo llame el padre del siglo.

Rick admite que ha sido un camino largo, lleno de golpes pero que ha valido la pena. También reconoce que si ella no fuese como es, el y su esposa no serian quienes son hoy en día.

Pero la familia Van Beek no ha sido la única bendecida gracias a Maddy. Muchos espectadores han comentado que se han sentido conmovidos por la devoción de Rick hacia su hija  y reconocen que verlo correr con Maddy es muy inspirador.

La presencia del ‘Equipo Maddy’ es siempre uno de los acontecimientos más destacados en los eventos en los que han participado.  
 

Y es que Madison ha cambiado la vida de mucha más gente de la que el mismo Rick conoce. Y ello sin hacer nada, solo estando allí afuera. Él le da todo el crédito a ella y reconoce que son un buen equipo.
 

‘’La emoción me inspira y me lleva a hacer las cosas que hago’’ escribió en su blog el ano pasado. ‘‘Llámenlo inspiración, llámenlo motivación, lo que ustedes quieran, yo lo llamo AMOR. Eso nunca se desvanecerá. Ella es mi corazón y yo soy sus piernas, aunque algún día puede que ella no este físicamente conmigo, siempre va a estar en mi corazón, animándome tranquilamente’’.

viernes, 20 de julio de 2012

Casarse o vivir juntos?



Según las estadísticas hoy en día hay mas parejas viviendo en concubinato que en los últimos cincuenta años. Hay quien opina que el matrimonio es solo un pedazo de papel y los que se van a vivir juntos sin casarse manifiestan que se encuentran muy bien así. 

Pero  la evidencia demuestra que esa actitud despreocupada encubre una dolorosa realidad: el concubinato es una fuente enorme de inestabilidad familiar y social. Y esto es debido a que las uniones de hecho son útiles para quienes no están comprometidos con la vida en común. 

El concubinato enmascara una gran variedad de niveles de responsabilidad (me comprometo hasta donde yo quiero o me comprometo en lo mínimo) sin tener realmente en cuenta al otro.

No se trata de una alternativa al matrimonio sino de un mero acomodamiento de las necesidades personales inmediatas.  El resultado es que quienes cohabitan tiene 50% mas probabilidades de separase  que las parejas casadas (con la consecuencia lógica de stress y sufrimiento).

El concubinato es particularmente desastroso para los niños envueltos en la unión. La evidencia demuestra que frases como ‘uniones estables’ se refiere solo a aquellas que producen hijos y viven bajo el mismo techo en un momento determinado pero sin niveles reales de compromiso.  Solo 1 de cada 10 mujeres que han tenido su primer hijo en concubinato continúan viviendo con la misma pareja 10 años después del nacimiento de su hijo. 

Las estadísticas también evidencian que las uniones concubinarias que producen hijos son más propensas a disolverse. Así, cuando una mujer procrea un hijo en concubinato, se reducen las probabilidades de que se case con el padre de su hijo.

El concubinato no se equipara al matrimonio en cuanto  a sus resultados. Las uniones matrimoniales de quienes se casan luego de haber convivido tienden a ser menos solidas que las de quienes esperaran casarse para irse a vivir juntos.

Comparados a las parejas casadas, quienes viven sin casarse reportan relaciones de menor calidad y menos bienestar psicológico y financiero.

Los concubinos son menos propensos a reconciliarse después de una separación y también son el doble de propensos a experimentar infidelidad.

Las parejas que cohabitan sin tener planes de matrimonio tienden a reportar relaciones de menor calidad que las parejas casadas. Reportan tener mas peleas, violencia, bajos niveles de justicia y ser menos felices en sus relaciones. Los individuos que viven en concubinato tienden a reportar mayores niveles de depresión.

Y es que ‘vivir juntos’ no se trata solo compartir el espacio, el dinero y el tiempo. Para que una relación sea real tiene que estar fundada en la entrega gratuita al otro. Es indispensable el compromiso y asumir las responsabilidades que de él surgen.

Why Marriage Matters
Cohabitation: An Alternative to Marriage?
Marriage-Lite


Vale la pena!